sábado, agosto 06, 2005

Prepara UV complejo ecoturístico




Universidad Veracruzana
Sábado 6 de agosto de 2005
Reciben funcionarios municipales
proyectos de universitarios
Prepara UV complejo
ecoturístico para Apazapan

· Con recursos del dos por ciento a la nómina esperan echar a andar los proyectos creados por estudiantes de la UV
· Deportes extremos y convivencia con la naturaleza serán la base de las actividades productivas de la zona

Edith Escalón

Agua Caliente, Amealco, Mapaxtla, Tlaltetela y Coetzala, localidades rurales de alta marginación ubicadas en la ribera del río Los Pescados –en el centro de Veracruz– formarán parte de un complejo ecoturístico que prepara el municipio de Apazapan, con el apoyo de estudiantes y arquitectos de la Universidad Veracruzana, para dar una alternativa productiva a las comunidades de la zona, cuya actividad agrícola ya no es suficiente para mantener a sus familias.
En la Facultad de Arquitectura de la UV, en Xalapa, representantes de este ayuntamiento y del municipio colidante de Emiliano Zapata, recibieron 12 proyectos que para este complejo ecoturístico realizaron cerca de 50 estudiantes de Arquitectura, propuestas que –a petición de los propios presidentes municipales– fueron concluidos luego de seis meses de análisis y trabajo en las zonas mencionadas.
Estas propuestas tienen como común denominador un profundo respeto por el entorno natural, como explica Luis Estrada Salazar, uno de los coordinadores académicos del proyecto: “Uno de los requisitos fue utilizar materiales de la zona para la construcción, a fin de buscar que resultaran económicamente viables y no rompieran con el equilibrio visual y la propia naturaleza del entorno”.
De hecho, entre otros materiales, los estudiantes usaron paja, bambú, adobe, tierra y arcilla para construir cabañas individuales o matrimoniales, espacios para convivencia grupal, zonas de recreación deportiva, áreas de comida, de aseo, de descanso y toda la infraestructura que un complejo ecoturístico requiere.
Además, dijo que hicieron los proyectos sobre la base de lo “ya construido” por la naturaleza, es decir, sin afectar la inclinación del terreno, los árboles o cualquier otro elemento del entorno natural, que fue una de las peticiones fundamentales del ayuntamiento según dijo Viridiana Soto, directora de Turismo de Apazapan, quien estuvo en la entrega de proyectos.
Para llevarlos a cabo, el municipio ha propuesto al Instituto Veracruzano de Desarrollo Regional (Inveder) la posibilidad de allegarse recursos del dos por ciento a la nómina, según dijo Osmer Regalado Peregrino, síndico único de Apazapan: “Aún estamos en pláticas, pero esperamos tener la aprobación y el apoyo de esta dependencia y del diputado Marco Antonio Torres para lograrlo”.
Ante las propuestas universitarias, ambos funcionarios se mostraron complacidos: “No sólo cubrieron nuestras expectativas, sino que las superaron”, comentaron luego de recorrer los pasillos de la facultad donde los futuros arquitectos expusieron en maquetas y carteles las características estructurales de sus complejos, en un excelente trabajo de proyección.
Otra de las características del complejo ecoturístico es la promoción de los deportes extremos, que serán, junto con la belleza del entorno natural, un elemento de atracción turística para la zona: “Los proyectos incluyen espacios para actividades deportivas como kayak, tirolesa, descenso de río, bicicleta montaña y otras más, que incluso fueron reflejadas en las maquetas”.

Problemas reales
Con este proyecto los estudiantes no sólo llevaron a la práctica sus conocimientos teóricos, sino que pusieron en juego sus habilidades para resolver problemas reales con soluciones asequibles, tanto económicas, como ecológicas y sociales, pues tuvieron que enfrentarse no sólo a proyectar con creatividad, sino con las limitaciones presupuestales propias de un municipio rural.
Para Melania Jiménez, del sexto semestre de Arquitectura, este fue todo un reto: “Lo que sucede en proyectos como éste es que cambias tu perspectiva como arquitecto, pues ya no se trata de diseñar cosas extravagantes, sino de pensar en que sean funcionales, que resuelvan los problemas de la gente, que sirvan, y entonces empiezas a ver la cimentación, la ventilación, la solidez de la estructura, la comodidad, y además, la economía, en fin, empiezas a ver que la realidad es mucho más compleja de lo que parece en el papel”.
Karina Aguirre habló de otros de los elementos básicos de las propuestas, la participación comunitaria: “Nosotros le dimos un peso especial al contexto social, pues pensamos que un proyecto de la comunidad y para la comunidad sólo sería aceptado y apropiado en la medida en que se sintieran parte del mismo, por eso diseñamos basados en materiales y estrategias de construcción de los propios pobladores, para que ellos mismos sean los que construyan”.
Ambas coincidieron en que el trabajo de los arquitectos, en cuanto a proyectos se refiere, debe estar siempre sustentado en la realidad, pues sólo así adquieren la habilidad de encontrar soluciones a problemas reales, lo que los vuelve más competentes en el ámbito profesional: “Este proyecto nos permitió convencernos de que tenemos todas las herramientas para hacer frente a problemas reales, y eso nos hace mejores arquitectos”, comentó Karina.
En su oportunidad, Filiberto Medina y Consuelo Gamboa, también coordinadores de estos trabajos y titulares del Taller de Proyectos Arquitectónicos en la Facultad de Arquitectura, comentaron que una de las grandes ventajas de la vinculación con los ayuntamientos es que les permite mostrar el potencial profesional de sus estudiantes, por lo que se mostraron abiertos a propuestas de otros municipios.