lunes, septiembre 12, 2005

Mesa: Educación, Política y Democracia


Universidad Veracruzana
Xalapa, Equez., Ver., lunes 12 de septiembre de 2005

Necesitamos autoridades educativas democráticas, advierte Guevara Niebla
La democracia no es sólo electoral,
impacta a todas las instituciones: Woldenberg

Woldenberg advirtió: los políticos y los partidos deben entender que “una vida política sin ideas resulta una democracia vacía”
Gilberto Guevara Niebla, líder en el movimiento estudiantil de 1968, advirtió que “la democracia no se hereda, se requiere de una educación democrática y de una cultura política democrática para aspirar a ella”
Boaventura de Sousa, reformador portugués de las ciencias sociales, llamó a rechazar la mercantilización del conocimiento que permite a las fuerzas de mercado determinar políticas educativas
Los tres recibieron la Medalla al Mérito Universidad Veracruzana, por sus aportaciones fundamentales en la transición a la democracia de nuestro país y el extranjero

Edgar Onofre

Hay quien menosprecia el proceso (de transición a la democracia en México) señalando que se trató de un cambio meramente electoral, pero no se comprende la importancia del voto popular en la construcción de un régimen democrático ni su impacto en el funcionamiento de las instituciones públicas: hoy se acabó el presidencialismo y hay autonomía de poderes, aseguró este lunes José Woldenberg, mientras que Gilberto Guevara Niebla advirtió que para aspirar a una democracia es necesario contar primero con una cultura política y autoridades educativas democráticas.
Tras recibir la Medalla al Mérito Universidad Veracruzana (UV), Woldenberg Karakowsky y Guevara Niebla, considerados personajes fundamentales en la transición a la democracia de nuestro país, ofrecieron en esta ciudad la mesa magistral de la Feria Internacional del Libro Universitario (FILU) 2005, mientras que el teórico portugués Boaventura de Sousa, quien no pudo asistir personalmente por diversas razones, hizo llegar su mensaje a la comunidad universitaria por vía telefónica.
Durante su exposición, el otrora presidente del Instituto Federal Electoral (IFE) resaltó que en 25 años México ha pasado del autoritarismo a la democracia de una manera gradual, en una transición cuyo origen determinó en el movimiento estudiantil de 1968, aunque fue categórico al señalar: “Espacio para todos o desgaste infinito”. En su consideración, la democracia debe sintonizar las instituciones políticas en la noción de pluralidad, pues “sólo el formato democrático ofrece las posibilidades de una convivencia pacífica” entre facciones diferentes.
En la democracia, resaltó, es fundamental la noción de una ciudadanía que se organiza y vota cada vez más en mayor número y aseguró que la desaparición del añejo presidencialismo autoritario fue posible gracias al impacto democrático impulsado por la sociedad. “Hubo un cambio en el sistema político y los poderes presidenciales fueron acotados, poderes antiguamente subordinados hoy se mueven por voluntad propia y tenemos medios de comunicación más autónomos. Hoy la presidencia es una más entre las voces y está obligada a sumar esfuerzos: se acabó el régimen piramidal”, expresó. Sin embargo, llamó a los ciudadanos a aprovechar la oportunidad y vivir “como mayores de edad, haciéndose responsables de sus actos y omisiones, toda vez que se acabaron las instituciones tutelares bajo las que podíamos navegar como menores de edad”.
Además, destacó el papel que juegan escuela, medios y políticos en la conformación de sociedades verdaderamente democráticas y, en este sentido, explicó que si bien ha existido un incremento sustancial en la participación electoral, existe una clara contradicción entre la respuesta en las urnas y la apropiación de la ciudadanía de nociones democráticas como la tolerancia y el respeto a la ley. “El cambio político no es automático –añadió–, por lo que es necesario que hagamos un esfuerzo adicional, sobre todo en las escuelas, para fortalecer los valores de la democracia: no es cierto que en la familia o la TV los jóvenes harán suya la democracia”.
En este sentido, explicó que la escuela debe formar ciudadanos conscientes de sus derechos y obligaciones y, para tal efecto, dijo, será necesario elevar la cultura cívica y, de esta manera, aumentar la participación en la democracia de ciudadanos informados y con conocimiento de causa. Sin embargo, aceptó que la responsabilidad no es exclusiva de la escuela, sino que los políticos y los partidos deben entender que “una vida política sin ideas resulta una democracia vacía”, además de que se pronunció tanto por regular la participación de los medios de comunicación como su colaboración para lo que denominó una agenda de comunicación social que fortalezca la democracia.
Considerado como uno de los intelectuales más importantes de la izquierda mexicana, Woldenberg también aseguró que “sólo la política está en condiciones de hacerse cargo de una convivencia pacífica entre posiciones contradictorias” y añadió que la política tiene la obligación de reconocer el poder de otros grupos y que nadie gobierna en solitario: “Lo contrario significa desencuentros y éstos con frecuencia se traducen en violencia. La política es la antítesis de la violencia”, explicó. La política, en su opinión, debe conciliar intereses divergentes en aras de la estabilidad y la actuación racional de los actores sociales, además de que también manifestó que “la política democrática impide tener una sola voluntad en el poder, el reconocimiento de que los otros existen y tienen derechos”.
A su vez, Gilberto Guevara Niebla, uno de los principales líderes del movimiento estudiantil de 1968 y uno de los más prestigiosos expertos en educación del país, advirtió que “la democracia no se hereda, se requiere de una educación democrática y de una cultura política democrática para aspirar a ella” y añadió que el problema de los medios de comunicación, referido por Woldenberg, es también un problema de la democracia.
“En los 60, la principal escuela de política eran los movimientos sociales. Pero 68 fue muy claro: a veces la agrupación de multitudes liquida la racionalidad y la acción tiene efectos negativos porque no se respetan ni el derecho ajeno ni las normas”, explicó, además de que destacó que tanto la escuela básica como las universidades juegan un papel fundamental en la formación de líderes democráticos y en la generación de una conciencia de ciudadanía.
Destacó, asimismo, que los ciudadanos adultos deben tener el derecho de decidir sobre la educación que reciben las nuevas generaciones, pero que la mayoría de ellos se desentienden y conforman con dejar a los hijos en la escuela, es decir, que “la ciudadanía no cumple con sus responsabilidades”. Sin embargo, la tarea resulta más bien difícil, según explicó, toda vez que las escuelas en México han resultado espacios herméticamente cerrados para los ciudadanos que no se desempeñan como maestros o alumnos: “Necesitamos autoridades educativas democráticas, porque hoy todas las decisiones de la educación están en manos de tecnócratas de la SEP”, advirtió.
A pregunta expresa, añadió que los principales problemas de la educación en México son la negociación anual del presupuesto destinado, la negociación laboral con los trabajadores de la educación, que en la estructura educativa la sociedad no cuenta para nada, la falta de una revisión profunda de la estructura educativa y sobre la finalidad de la educación.
En tanto, Boaventura de Sousa, el principal reformador de las ciencias sociales y pionero del Foro Mundial Social, hizo llegar su mensaje a la comunidad universitaria por vía telefónica. En dicho mensaje, de Sousa Santos insistió en su tesis fundamental acerca de la crisis que viven las ciencias sociales, las cuales, en su opinión, han resultado demasiado disciplinarias frente a problemas sociales más bien integrales y han sido construidas con base en la noción occidental del mundo, lo que las haría inútiles para explicar la realidad del Tercer Mundo. Por esta razón, adelantó que es posible construir lo que denominó una etimología del Sur (por contraposición a la supremacía de los países del Norte) que recupere los sistemas de organización y el conocimiento denominados populares, los cuales, dijo, han sido despreciados por la ciencia porque se imaginan poco rigurosos, “lo que constituye un empobrecimiento epistemológico del mundo”.
Además, destacó que si bien las universidades han sido fundamentales para el establecimiento de proyectos nacionales pero que, al día de hoy, pagan muy alto el precio de estar desvinculadas de la sociedad. También llamó rechazar la mercantilización del conocimiento, un proceso que permite a las fuerzas de mercado determinar políticas educativas y a construir redes internacionales entre universidades cimentadas en la solidaridad.
Asimismo, añadió que la democracia como la conocemos no es sino un concepto hegemónico que no soluciona los problemas de los pueblos, sino que más bien forma parte de sus problemas. No obstante, aceptó que dentro del concepto de democracia existen valores que vale la pena rescatar para hacer frente a sociedades que denominó fascistas.
Cabe destacar que previa a la mesa magistral, el rector de la Universidad Veracruzana (UV), Raúl Arias Lovillo, entregó a Woldenberg, Guevara Niebla y, simbólicamente, a De Sousa Santos la Medalla al Mérito de la institución por sus aportaciones a la solución de problemas de interés nacional e internacional, cuya obra, según explicó, resulta fundamental para el desarrollo del conocimiento en el siglo XXI.